1 de julio de 2006

I´m your automatic robot

La canción de Krafwerk suena una y otra vez en mi cabeza. Desde que me he levantado para ocupar mi puesto en el puente de mando no he podido dejar de oírla una y otra vez. La nave de transporte estelar continúa imperceptiblemente su retorno hacia la base de operaciones.

Lo peor de todo es que me trae recuerdos que me humedecen por dentro y me retro alimento con las ganas de sentir una buena penetración, el caso es que no me puedo concentrar en mi labor de control de los sistemas automáticos del ordenador de abordo.

Está decidido, en la pausa del almuerzo le pediré a la doctora una cita con el cyberman de abordo, es la única forma de quitarme esta desazón ya que sólo hay tripulantes femeninas heteros en esta nave y el vibrador que uso en mi litera no me permite disfrutar de la intimidad que necesito.

Estamos a medio camino entre Venus y Tierra en un viaje de mas de cinco meses y las seis tripulantes nos turnamos cada ocho horas para que siempre haya dos despiertas como mínimo.

En el viaje de ida pude disfrutar en tres ocasiones de nuestro ingenio cybertrónico y necesité reunir valor cada vez para presentar mi solicitud a la doctora y sicóloga que es la única enterada del uso que cada una de nosotras hace del ingenio sexual robótico denominado "rob-boy".

Tiene algunas ventajas sobre el modelo original de carne y hueso ya que puedes decidir cuándo llega a su espasmo final si es que quieres que lo simule con relajación incluida. Si la usuaria lo desea podría ser inagotable o inacabable su penetración. También se puede elegir el tamaño del pene incluso variarlo en tres dimensiones sobre la marcha para acentuar tu placer o descubrir tus límites.

Puedes elegir el modelo facial, color de piel, musculatura y dimensiones. Toda su masa emerge de una camilla de silicona moldeable y el único inconveniente es que no le puedes abrazar ni tocar el culo, la nuca, o la espalda. Con el mando a distancia puedes elegir sólo dos posiciones vertical u horizontal y manejar cualquier parámetro programado. Dispone de toda una serie de accesorios increíblemente sofisticados para la estimulación extra que aumentan las posibilidades.

En la primera cita me sentí cohibida pero disfruté del orgasmo más largo de mi vida. Usé un anillo vibrador engarzado a el nacimiento del tronco del pene que diseñé con protuberancias (como las de los machos de algunas tribus primitivas que se insertan piedras bajo la piel), le di un ángulo de entrada idóneo a mi postura sobre su cuerpo para actuar sobre mi punto G y una longitud superior a las que había conocido en cualquier otra cita real. Casi no llegaba a cubrir semejante aparato con el preservativo convencional que usé por higiene y casi no pude absorber tanta polla cibernética, así que la reduje un poco hasta sentirme cómoda.

La combinación de vibración sobre mi clítoris cuando me sentaba a fondo sobre su cuerpo y el contacto con sus bultos me hicieron cabalgar desbocada multiplicando mi orgasmo.
Me aferraba con mis manos a su pecho musculado a mi gusto en la programación previa, sus brazos inmóviles se unían sobre su cabeza simulando una inmovilización.

Para preparar toda la programación usé varios tiempos de descanso en los que dejé volar mi imaginación sobre su diseño. El hecho de sentarme a grabar sus parámetros me humedecía hasta empapar mis protejeslips y tener que ir al baño para aspirar mi humedad del traje espacial. Personalicé la música, la iluminación, la temperatura y olor de la sala para no usar el estándar y sentirme a gusto.

En la segunda cita ya sabía las posibilidades del rob-boy y me decidí por algo especial. Diseñé un triple pene como un tronco del que salían dos ramas cortas para actuar sobre mi culito y mi clito.
Parecía un puñal de placer que fui agrandando con el mando a distancia hasta llenarme de gozo.
Utilicé unos excitadores eléctricos pinzados en mis pezones para variar mis sensaciones. Tardé un mes en idear la siguiente escena.

En la tercera simplemente desestimé la morfología humanoide excepto por la forma de glande con la que rematé los múltiples tentáculos con ventosas en su longitud y con una succión intermitente programada en segundos de forma cadencial junto con un movimiento oscilante para golpear sobre mi cuerpo y soltarse de mi aleatoriamente. Dispuse en el centro de esta maraña un enorme falo adaptable a el hueco de mi sexo con forma helicoidal en su tronco que giraba en ambos sentidos taladrándome despacito mientras tomaba capullos bailarines y los chupaba o adhería a mis pechos. A ratos me enrroscaba una liana fálica en las muñecas para empujar a fondo. Fué algo imposible de describir en la escala del placer, algo parecido a cien bocas besándome por todo el cuerpo.

Lo que no tengo seguro es la privacidad de la programación y si los datos de mis actividades con rob-boy podrán afectar a mi trabajo.

¿Habrán grabado cada uso de esta máquina para estudiarnos?

¿Se podría usar en naves de guerra con machos?

Me da igual, pronto tendré otra cita con ello y espero que no sea la última.

¿Qué harías tu con algo tan versátil y novedoso?

26 de marzo de 2006

Cita con una modelo I

Soy fotógrafo profesional y tengo un trabajo de encargo para un fabricante de ropa interior.
He quedado para recoger a la modelo elegida por el fabricante en el Gran hotel de mi ciudad. Le he pedido por teléfono que se depile totalmente y que no lleve nada de ropa ajustada que pueda dejar marcas en la piel. He visto los modelos que se probará y son un tanto especiales, nada de colores pastel ni nada de eso.
Me han dicho en la agencia de modelos que es pelirroja y de piel muy blanca, creo que será perfecta para contrastar con el color negro que predomina en la colección.
Nos espera un chalet con un estupendo jardín de un aficionado al bdsm que está decorado para el uso como mazmorra de lujo. Tiene un salón con chimenea, un armario jaula, un cuarto de torturas con toda clase de fustas, látigos, cadenas, potro, en fin, el paraiso por un alquiler que sólo una empresa potente puede pagar.
Es la ocasión de mi vida para disfrutar de un entorno alucinante con una modelo flipante... ahora solo falta que a ella le vaya la marcha y quiera ser parte activa y además de trabajar podamos jugar a ser amo y esclava.
Lo tengo todo preparado, cava, comida, flores, luces, ropa, climatización, incluso un guión para las fotos y los modelos a fotografiar.
Ya estoy llegando al hotel, estoy impaciente por conocerla y despejar mis dudas sobre sus apetitos mas secretos. Aparco en la puerta un descapotable alquilado, me encanta trabajar con empresas tan detallistas.
El recepcionista me indica que me espera en la cafetería. No hay otra pelirroja en el salón, está hablando por el móvil, lleva un kimono negro de cuello cerrado, es largo y abierto desde los muslos. Tiene unas piernas finas pero no delgadas. Me gusta esta chica.
-Muy bien gracias, si, si, el viaje estupendo- le dice a su agente-
-Eres Lisa? Soy Jean el fotógrafo. ¿Todo va bien? Me alegro, si quieres damos una vuelta por la ciudad y comemos antesde empezar la sesión.
-De acuerdo, me despido y soy toda tuya.
-Vamos al coche y te cuento mis planes.
Hace un día estupendo de primavera, me pongo las gafas de sol antes de salir tras ella y aprovecho para admirar las curvas de su silueta.
-Por aquí. Abróchate el cinturón y arrancamos. Ya sabes el tipo de ropa que vamos a usar, es de un estilo muy fetichista, ¿te gusta la moda sado-maso?
-La verdad es que me encanta, pero solo para casa.
-Ya, es para momentos especiales ¿verdad?
-Si claro, y para personas especiales también.
-Bien, yo pienso igual, ¿te has depilado?
-De arriba a abajo, ¿quieres verlo?
-Espera que pare en el próximo semáforo y te subes un poco la ropa. Si besas la mitad de bien que sonrríes me voy a volver loco por ti.

Juegos de pareja.

Hay que ser creativo y estar siempre alerta para observar aquellas actividades que puedan parecer eróticas a nuestro yo interior y explorarlas sin miedo pero con precaución para no generar dolor o daños psicológicos.
Algunas prácticas que pueden parecer de uso común son más propias de s/m, quizá las semillas de estas tendencias pertenezcan a la profundidad de la psique humana relacionada con lo animal.
Puede que sea lo contrario, que la ociosidad de una especie animal dominadora del mundo material haya creado una variedad tal de delicias para disfrutar de los sentidos que algunas tengan componentes de agresividad como aliciente picante que mezcla el miedo al dolor, la dominación y sumisión, el adorno con accesorios de cuero cuerdas y cadenas...
Ya en el arcano Kamasutra se describen clases de mordiscos, pellizcos, etc.
Otro factor que influye en el desarrollo de la personalidad es el entorno social, y este puede crear algún tipo de desviación o simplemente provocar el rechazo de la juventud contra las normas establecidas que, en cada generación, tratará de ser diferente para reafirmarse.
En mi generación la imagen de los Punks o de "Parálisis permanente" eran lo más parecido a la estética s/m, también aparece en el Heavy, Gótico...
Si sumamos todo ello es raro que no haya más personas con esta afición por lo oculto.
Nunca sabré porque tengo esta tendencia pero recuerdo sueños eróticos en mi despertar sexual infantil relacionados con la imagen de Cristo en la cruz en los que yo me veía en su lugar.
No se porque pero en la Biblia familiar vi los primeros desnudos -pudorosos- y la lectura del antiguo testamento introducía pasajes escabrosos sobre mi mente infantil.
No abundaré sobre la obsesión de los confesores que me hizo olvidarme de este sacramento optando por cantar en el coro para evitar su acoso desde los once años.
Otro recuerdo, las imágenes en blanco y negro de la película "La semilla del diablo", que vi en un despiste de mis padres, en la que se ve la posesión satánica de Sharon Tate atada a un altar ritual y arañada de arriba abajo por un temible Lucifer antes de ser poseída.
Creo que experiencias similares han podido formar parte de la historia personal de los nacidos en un país católico como lo era España hasta hace poco.
No tengo recuerdos traumatizantes ni me reconozco como enfermo mental, me sentía un poco raro hasta encontrar dibujantes y fotógrafos en la red que exibían actitudes sado-maso como las recordadas de Crepax en Comix como Totem y tras una búsqueda exhaustiva llegué a encontrar espacios donde expresar libremente mis tendencias.
Personalmente siento rechazo por actividades de fuerza excesiva que yo enfocaría antes a gastar energías cortando leña por ejemplo.
Al margen de la elección de actividades de manera libre y consensuada me siento incapaz de disfrutar de estéticas sangrientas, abusivas o antihigiénicas que abundan en películas o webs.
Así mismo necesito comentar el rechazo que me produce la utilización de las siglas BDSM o SM para colar imágenes de pederastia que nada tienen que ver con el universo paralelo que nos ocupa.
En nuestro caso, tras años de convivencia con esta actitud adormecida, nos estamos enamorando de nuevo.
Las personas crecemos y cambiamos, asumimos o aceptamos nuestros fantasmas para estar en paz con nuestro yo interior y ser más felices y completos, adultos que juegan y ganan

29 de enero de 2006

Azotes sensuales

Para esclavas complacientes que se merezcan un regalo de sus amos.
Para todos los que quieran empezar una sesión calentando poco a poco al sumiso.
Para principiantes que desconozcan la profundidad de su predisposición a disfrutar del dolor.
Con una simple cadena de las que llevas al cuello puedes conseguir una variedad de sensaciones que harán disfrutar a tu sumisa favorita de caricias nuevas y dolor suave.

Para cumplir los ideales de Sano, Seguro y Consensuado habrá que preparar el material.
Lo primero es quitar de la cadena los terminales y cierres que podrían cortar o arañar.
Es preferible una cadena redondeada y con eslabones relativamente grandes, así añadiréis sensaciones al deslizarla a lo largo del cuerpo tumbado de vuestro amor.
Lo segundo sería limpiar la cadena con alcohol y si es de plata frotarla antes con bicarbonato y un cepillo suave para quitar el negro que se forma en ese material. El oro es lo mejor pero una cadena con un buen baño, que no se pele, sirve perfectamente.

La primera vez aprovecha el factor sorpresa y guarda la cadena caliente en un bolsillo, véndale los ojos si ya tenéis confianza y si le atas manos y pies las sensaciones serán más intensas.
Une sus manos y estírale los brazos, puedes fijarlas a la cama pero que permita darle la vuelta, haz lo mismo con los pies. A nosotros nos encanta forcejear un poco antes de asumir la rendición.
Si aún no tenéis material especial podéis usar corbatas o pañuelos largos para la inmovilización pero aseguraos de no apretar los nudos y que no sean corredizos, nadie va a querer escapar de esta tortura de placer.

Si la cadena es larga la podréis manejar estando de pie para dibujar con movimientos rápidos y cortos de muñeca incluso entre las piernas abiertas y el sexo o seguir azotando mientras cambias de lado para no sobrecargar una zona con la punta de la cadena que es donde el golpe se nota más fuerte.

Como en cualquier técnica nueva empieza suave y ve aumentando la intensidad hasta que ese culito empiece a bailar despacito pidiéndote más. Si te emocionas con una cadena larga puedes llegar a hacer daño, no olvidéis las palabras de seguridad o el semáforo de intensidad.

Para aumentar la intensidad coge más corta la cadena.
Puedes imitar la boa constrictor enlazando los pezones erectos.
Serpentea a lo largo del cuerpo y piernas, déjate llevar por el ritmo de la música.
Alterna azotes con masajes que estiren la piel, cachetes y mordiscos.
En verano enfría la cadena o mójala para refrescar la piel (salpicará).
Puedes lubricar la cadena para contactos más íntimos pero suaves.
No hagas nudos con la cadena al rededor del pene por ejemplo, se desatan fatal.
Si que puedes enrrollarlo y desenrrollarlo sin estirar del miembro, evita accidentes.
El tronco del pene soporta bien el castigo pero no la punta que es muy sensible.
Cuanto más sensible sea la zona que quieras azotar coge más corta la cadena.
Cuando se llega a un momento caliente puedes azotar en los labios o bajar la cadena y deslizarla hacia atrás y arriba recorriendo como una serpiente los surcos que ya estarán húmedos de deseo.

Sigo utilizando con placer la cadena de un reloj de bolsillo, de tres palmos, pero también he preparado una más gruesa y corta, de un palmo, con un aro para meter el dedo y manejarla mejor en azotes más enérgicos y cercanos.

Utiliza tu imaginación y cuéntanos aquello que descubras para practicarlo en el secreto de nuestro cuarto oscuro y luminoso, temible y amable, dulce y salado, blanco y negro, suave y doloroso...